Rincón del Socio

Llegamos a la Antártida – Capítulo 6°

El jueves 28 de enero, la Antártida nos levantó temprano.Luego de haber asistido a la “premier” polar del pasaje de Drake y ya solventes en nuestra capacidad de asombro, creíamos que la tierra antártica sus hielos y sus luces matutinas no nos iban a sorprender tanto…Pero no fue así, a primera hora la voz del capitán se oyó parsimoniosa por los parlantes, invitando a la fiesta.

– Llegamos a la Antártida

Se abrió el telón de la función de gala mostrando un continente sólido que clareaba dialogando con el sol desde la madrugada.

Salimos a cubierta con la fantasía de escuchar los acordes solemnes de una orquesta sinfónica que le diera marco melodioso a toda esta escena helada.Una mezcla de diseños invadió el mar encerrándonos entre fantasmas de hielo, dibujados por un loco inspirado en una nueva geometría surrealista.La Antártida seduce, pero estar acá es una realidad que será celebrada cada año, como el complemento del otro cumpleaños correspondiente al día del nacimiento.Pensar que dentro de tanto encanto, a los seres humanos, la naturaleza no nos preparó para vivir aquí…

Cada vez que se asoma la cara desde un ojo de buey se recibe una invitación al banquete de sensaciones, como este conglomerado de “viviendas” seguramente perteneciente al barrio chino de la isla 25 de Mayo.

Una calma chicha que no parece normal para estos lugares briosos, reina desde la llegada, trayendo un nuevo mensaje de paz para llevar como un recuerdo oriundo que se compra en las casas de suvenires turísticos.En Caleta Potter, el mar está más rígido que calmo, reflejando en el espejo de sus aguas las formas orográficas que le dan abrigo, más un marco de hechizo glaciar, como debería corresponder a un sitio con este cinematográfico y sugestivo nombre.El mar de vidrio refleja la montaña recién dibujada por un artista que domina el estilo caricaturesco, en una mueca de trazos que hasta parecen artificiales.Evidentemente hay algunas islas que no le gusta la nieve y vaya a saber cómo lo hacen, pero se la quitan totalmente para de ese modo tomar sol sin protector…

Una foca Leopardo llegó navegando a la deriva en un bloque de hielo desde la amura de babor, mostrando una pereza indiferente e irreverente a una conmovida tripulación de fotógrafos ocupados en obtener la mejor imagen, en un improvisado y espontáneo concurso.

Desde las primeras horas del día los investigadores comenzaron a tomar los valores físicos de las aguas con una serie de aparejos y sensores que permiten medir esas características.Terminadas las operaciones en la caleta donde funciona la base A. Carlini, donde embarcaron tres científicos más, el buque continuó viaje con destino a todo aquel lugar que sea de interés investigar.

Otra vez se puso en movimiento el paisaje con nuevas propuestas, muchas de las cuales son tan originales como la de este bloque de hielo al que algún maestro plástico le dibujara un grafiti de composición minimalista.

A los que estamos embarcados como testigos, para dar fe de experiencias novedosas, parecía encantador y tremendamente natural salir a pasear en barco por la Antártida como un dominguero del delta y saludar con tres pitadas al catamarán de buquebus cuyos pasajeros viajaban cubiertos de hielo…

Evidentemente hay algunas islas que no le gusta la nieve y vaya a saber cómo lo hacen, pero se la quitan totalmente para de ese modo tomar sol sin protector…

Según el Génesis, al inventar el ladrillo el hombre entendió que poseía la unidad fundamental para realizar cualquier estructura arquitectónica, proponiéndose construir una torre que fuera tan alta como para llegar al cielo y dialogar con el mismísimo Jehová.En este sitio existen cosas tan prodigiosas como este témpano que recuerda la estructura de ese desafío inconcluso.

De pronto se genera cierta rivalidad de colores, al encontrar una isla de cristal celeste flotando entre hielos o una pirámide marrón que emerge de un glaciar, en contraste con lo natural y esperado de la famosa región blanca.

Ver este título en la carta náutica sobre la mesa de navegación lo deja a uno contemplativo y pensando sobre este vértice del cono sur donde además de las bases argentinas, las hay peruanas, polacas, uruguayas y de todos los países firmantes del tratado antártico.

A medida que pasan las horas, quizás por los efectos del frio se producen visiones extravagantes, como la de este yate de cincuenta pies de eslora cubierto por su capota, con un poco de escarcha encima…

También se observó pasar a un típico “barco fluvial” llevando su troja de madera cubierta de nieve.Mientras los protagonistas polares continúan su desfile de modas extremas, los científicos, técnicos y toda la tripulación continúan extrayendo muestras del fondo con pequeñas dragas de distintos modelos.

Uno de los logros más significativos de la jornada de “pescas de fondos” fue la capturade un clásico “gruñón”, que no es un animal acuáticos sino la transparente estructurafísica de un hielo muy afamado sobre todo para el ya nombrado whisky on the rocks.

Conviene aclarar que estas no son dos palomas con la cola apoyada en el glaciar y demostrándose cariño, porque si fuera cierta tendrían como cien metros de altura…

Autor: C.U. Alejandro Stero Sellarés / Perito Naval en Navegación y Maniobra.