celebracion60

Representantes del Centro asistieron el día 29 de octubre, en la Escuela Nacional de Náutica, a la celebración de los 60 años de egresados de la Promoción Nº52. El acto contó con la presencia del Sr. Director de la Escuela Nacional de Náutica C.U. Sergio Dorrego y el Profesor C.U. Albo Spadavecchia.


Palabras del C.U. Dante Ruffo:
Señor Director de la E.N.N. Manuel Belgrano, Capitán Don. Sergio Dorrego. Sres. Integrantes de la plana mayor de la misma, Sres. profesores, Sres. Presidentes de los Centros de Capitanes de Ultramar y Oficiales de la Marina Mercante y Jefes y Oficiales Maquinistas Navales, Sres. compañeros de promoción de Cubierta y Máquinas, Sres. cadetes, alumnos de los cursos actuales, Sras. y Sres. invitados:
Ante todo, para los faltantes forzosos a esta cita, los que ya nunca vendrán, nuestro más querido recuerdo y especial homenaje, sentido y silencioso...
Nos hallamos reunidos celebrando 5 años más, ahora 60, de egresados de esta querida Escuela.
Felizmente, si bien el espíritu es el mismo y siempre intacto, como dijimos entonces, el entorno es diferente, hace 5 años, al cumplir 55, nos hallábamos en el predio de la ex ESMA.

Transitar estos claustros nos llena de emocionado orgullo y, a nosotros, los integrantes de la promoción 52, todavía más.
Para pocos de los aquí presentes, salvo los cadetes, ha de ser noticia nueva la de recordar que esta promoción inauguró en el año 1946 este edificio.
Aquí aprendimos de las estrellas, desde sus nombres y ubicación en el cielo, hasta cómo usarlas para llegar seguros a nuestro destino.

De la carga, desde cómo identificarla, hasta protegerla, estibarla y asegurarla.

De los elementos, desde conocerlos y anticiparlos, hasta defendernos de ellos en toda emergencia.

De la máquina desde su condición y esencia de la nave, hasta el conocimiento técnico necesario para asegurar el funcionamiento que le permita la segura llegada al mejor puerto.

Del buque, desde su estructura y resistencia, hasta la distribución de los pesos para mantener su equilibrio.

Aquí empezamos, de la mano de sus profesores, uno de ellos, Capitán don Albo Spadavecchia aquí presente a quien agradecemos el esfuerzo de acercarse a compartir este momento con nosotros. Lo mismo al Cap. Carlos Alberto López quien no ha podido venir.
No han sido ni fáciles ni difíciles los años vividos en torno al mar, pero han sido distintos y si supimos aplicar lo aprendido, seguramente hermosos, nuestra satisfacción al evocarlos, será la mejor referencia que podamos brindar ahora a estos jóvenes cadetes aquí presentes.
Parafraseando a Fray Luis de León, como decíamos ayer, el lustro pasado en nuestro último encuentro, somos ancianos, pero no viejos ni arrepentidos, y descarto absolutamente que haya uno solo de nosotros que hoy reniegue de los años vividos en el mar.

Es tiempo todavía para amar, aprender, olvidar agravios, sepultar rencores y sentir el privilegio DE TENER AÚN EN NUESTRAS VIDAS UN PIE DE AGUA BAJO LA QUILLA.

Ayer, mientras acomodaba unos papeles en el escritorio, vi un poema, enviado por Gabriel García Márquez a sus amigos, en ocasión de haber recrudecido la grave enfermedad que padece.
Se llama "La marioneta" y en ella les dice, lo que haría si Dios le regalara un trozo mas de vida.
Se me ocurrió pensar que nosotros, ostentando el privilegio de UN PIE DE AGUA BAJO LA QUILLA, estamos disfrutando del trozo más de vida que el genial García Márquez le pide a Dios.
Solo les pido disculpas por leer unas frases al tiempo de recomendar su lectura completa:

Si Dios me regalara un trozo de vida
No diría todo lo que pienso
Pero pensaría todo lo que digo
Daría valor a las cosas no por lo que valen
Sino por lo que significan
Escribiría mi odio sobre hielo
Y esperaría a que saliera el sol
No dejaría pasar un sólo día
Sin decirle a la gente que quiero que la quiero
Piensan que dejan de enamorarse cuando envejecen
Sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse
A los viejos les enseñaría que la muerte
No llega con la vejez sino con el olvido
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña
Sin saber que la verdadera felicidad está
en la forma de subir la escarpada
He aprendido que un hombre
Solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo
Cuando ha de ayudarle a levantarse
Tengo la seguridad y la dicha, a esta altura de
nuestras vidas, de saber que estoy
absolutamente entre mis mejores amigos.

MUCHAS GRACIAS

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