Novedades Institucionales

Falleció el Director de la Escuela Nacional de Náutica

El domingo 28 de octubre falleció Armando Grosso.

En una sentida ceremonia fue despedido por un centenar de personas, incluyendo una formación de cadetes brindando honores a quien fuera su Director.Las palabras de despedida estuvieron a cargo de un compañero de promoción, del Sub-Director de la Escuela, Capitán de Ultramar Rubén Ortiz y del Vicepresidente del Centro de Capitanes, Capitán de Ultramar Gustavo Vilgré La Madrid.Armando Grosso egresó de la Escuela Nacional de Náutica primero en su promoción, dadas sus altas calificaciones académicas. Fue Consejero del Centro de Capitanes en el periodo 1982 – 1985.

Navegó en los buques “Mar Bella”, “Mar Bonita”, “Mar Valiente” y “Bernardo Houssay”, entre otros. En el año 1984, luego de desempeñar el cargo de Capitán en buques de la Marina Mercante Nacional, ingresó como Práctico de Bahía Blanca, y en 1989 como Práctico del Río de la Plata.En el año 1999 fue designado Director de la Escuela Nacional de Náutica, cargo que ejerciera con orgullo y profesionalismo.

La Escuela, en esos días, estaba sumida en una profunda crisis.Al ceder la Armada Argentina la gestión de la capacitación de los graduados por falta de medios económicos, firma, con anuencia de la entonces Instrucción Naval, un Convenio con la Fundación “Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano” para el dictado de cursos, asegurando el dictado de los mismos para graduados y los aportes en beneficio de la E.N.N. y los cadetes.Durante su gestión, el Buque “Anabisetia S” comienza a operar con carácter de Buque Escuela, asegurando en gran parte el embarco obligatorio de los cadetes.

También acordó con la empresa S.I.P.S.A. la instalación de un moderno simulador, incorporando tecnología actualizada que sigue siendo utilizado por cadetes y graduados.

Estos fueron algunos de las tantos logros alcanzados por Armando Grosso.Con fecha 19 de septiembre de 2007 había sido reincorporado a su puesto de Director de la Escuela. Y como capricho del destino, en ejercicio de su cargo, cesó su mandato; esta vez, por obra de Dios.