Si se estuviera navegando en la región ecuatorial una tarde de buen tiempo, con el mar mostrando un comportamiento tan apacible que se lo califica en la categoría de fuerza “uno”, es muy probable que no haya otra cosa o novedad para anotar en el Diario de Navegación.
Pero pilotear una exigua distancia durante escasos minutos por un canal boyado, formando parejas de balizamiento lateral que parece interminable, con una marejada de fuerza cinco, un cielo caótico que comprime inquietantes bancos de niebla, campanas y bocinas de buques tratando de abrirse paso en semejante desapacible lugar de visibilidades restringidas, plantea un “reality show” de luces intermitentes, fijas o simplemente apagadas, rumores de motores empujando naves que van y vienen, se cruzan y alcanzan, sumando a los ya descritos predicamentos una serie de evaluaciones y decisiones que pocas veces “en la vida” hay que tomar en tan efímero periodo de tiempo para lograr la importante tarea, aunque mas no sea de esquivar un barco que se viene al abordaje…
Estudiando
Los alumnos se reúnen en un aula donde se exponen las instrucciones que son las consignas y características que tiene cada ejercicio y que en ingles se dice: Briefing.
Al finalizar cada ejercicio, el grupo regresa al lugar para hacer el análisis e interrogatorio – Debriefing, usando un sistema que permite proyectar sobre una pantalla la trayectoria del buque.
En el Simulador
Es interesante coleccionar comentarios de los estudiantes cuando expresan las sensaciones experimentadas que oscilan entre asombro de novedades inesperadas, tanto en la cinemática de los buques como en sus relaciones en las maniobras de seguridad, complementadas con un efecto de casi mareo provocado por la imagen oscilante de las olas de leva o simplemente el sobresalto que provocan las luces que emergen desde el fondo de un banco de niebla.
Hay situaciones de maniobra que terminan con el buque dando ruidosamente contra el mismísimo veril del canal y que gracias a su virtualidad realista, permiten vivir una experiencia que aunque desafortunada, contribuye a aprender…lo que no hay que hacer, quitando para siempre las ganas de repetirla.
Un ejercicio tarda entre veinte y treinta minutos, período de tiempo en el cual se puede navegar alrededor de cinco a siete millas náuticas, si se ha dado como consigna , conservar una velocidad crucero, por ejemplo de 15 nudos.
Ni las pocas millas ni los veinte minutos, perecen ser relevantes o representar procesos en los cuales puedan ocurrir muchas cosas.Pero en este teatro náutico se reproduce y vive, parte de la Aventura Marítima (Ley 20.094 – art. 409) moderna, donde una dilación se paga con el particular encuentro estrepitoso y la correspondiente carga culposa, de una colisión marítima…que detiene el ejercicio, llamando a la realidad de un revés técnico, irreversible e inapelable.
Aquí es donde aparece el error que queda inmediatamente al descubierto como un protagonista a veces necesario y fundamentalmente enriquecedor en el proceso de aprendizaje
Cuantas millas náuticas serían necesarias navegar para recolectar tantas experiencias, como las que se proponen en estas Salas de Navegación Virtual, dando examen mientras se aprende, capaz de integrar los conocimientos teóricos en tan poco tiempo efectivo de una práctica tan real…que parece real.
Los ejercicios van mostrando dificultades crecientes tanto de día como de noche y en condiciones de visibilidad reducida, representándose tormentas, lluvias y grandes olas, como también los sonidos del buque, el viento y el mar, navegando en aguas libres, ríos, canales o fondeando las anclas.
Pero todo esto sucede en un ámbito ideal por ser el comportamiento natural de la navegación, donde si bien transcurren una serie de acontecimientos que requieren de la fina atención de los navegantes no se han mencionado, de exprofeso, los elementos perturbadores que han pasado a convivir con las tareas puramente profesionales.
Estas cosas que le pasaron a la “navegación” en épocas recientes son el cumulo de preocupaciones actuales que se analizan en la Parte 3°.
Autor: C.U. Alejandro Stero Sellarés / Perito Naval en Navegación y Maniobra