La Unión Europea financia con 3,5 millones de euros un estudio para crear una flota de barcos sin pilotos, y la compañía británica Rolls-Royce, tradicionalmente asociada a la fabricación de motores de aviación, se ha lanzado al diseño de buques mercantes no tripulados. Varios proyectos de drones, sin Capitán ni tripulación, avanzan en lo que será el transporte marítimo en un futuro no lejano.
Los buques drones serían un 5% más rápidos y consumirían entre un 12% y un 15% menos de combustible.El equipo de investigación Blue Ocean de Rolls-Royce ha puesto en marcha un prototipo de realidad virtual, que simula las vistas desde el puente de mando de un buque en 360 grados. El fabricante espera que en un futuro no muy lejano, los Capitanes puedan pilotear desde tierra cientos de buques no tripulados.
La filosofía que subyace detrás del proyecto de Rolls Royce es que los buques mercantes sin tripulación serían más seguros, reducirían los costos de operación, y contaminarían menos que los utilizados actualmente por la industria del transporte marítimo. Estiman que en una década podrían realizar un primer despliegue de prueba en el Mar Báltico.
En la misma línea del proyecto de Rolls-Royce, la Unión Europea está financiando con 3,5 millones de euros un proyecto llamado MUNIN (Maritime Unmanned Navigation through Intelligence in Networks). Los investigadores responsables del mismo trabajan en la creación de un prototipo de barco sin pilotos para realizar simulaciones de pruebas de mar con las que evaluar los costos y beneficios que supondrían éstos.
Por otro lado, la Sociedad de Clasificación Noruega DNV GL avanza con su proyecto “ReVolt”. DNV GL ha difundido los detalles de un nuevo concepto de diseño para una embarcación de transporte comercial de corta distancia, propulsada por baterías, de alta eficiencia y no tripulada.En lugar de gasoil o incluso GNL, el ReVolt será totalmente propulsado por baterías, lo que reducirá los costos operativos al minimizar el número de partes altamente demandantes de mantenimiento, tales como los componentes rotativos. Según la clasificadora, por lo menos en concepto, el buque tendría una autonomía de 100 millas náuticas sin necesidad de recarga. Y si la energía requerida fuera provista de fuentes renovables, se eliminarían por completo las emisiones de dióxido de carbono. El “ReVolt” podría alcanzar una velocidad operativa de 6 nudos.
Al no llevar tripulación, tampoco se necesitarían espacios para el personal en la superestructura. Esto resultaría en una creciente capacidad de carga y en menores costos de operación y mantenimiento. En un cálculo comparativo con un barco propulsado con gas oil, DNV GL estima que el concepto ReVolt puede generar ahorros de hasta 34 millones de dólares durante un tiempo de vida útil estimado en 30 años.